En un emocionante juego final Japón se impuso 10 carreras por 6 a Cuba para declarar a los nipones como Campeones del primer Clásico Mundial de Beisbol. "Esta fue mi primera experiencia lanzando en un campeonato mundial. Sentí un poco de presión, pero con el apoyo de mis compañeros salí adelante", declaró Matsuzaka al concluir el partido y ser nombrado Jugador más valioso del torneo. Hubo juego salvado para Akinori Otsuka, lanzador de los Rangers de Texas, uno de los dos ’grandeslisgas’ que tenía Japón en su nómina. El otro fue el jardinero Ichiro Suzuki, quien bateó dos hits en cuatro turnos, anotó tres carreras y empujó una.
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