jueves, enero 03, 2008

Fernando Arreaza escribió...

Fernando Arreaza
03/01/2008

Feliz año amigos Jonroneros!

Aunque entiendo que para los aficionados caraquistas, al menos desde el punto de vista de su pasión deportiva, el año no comienza de la mejor manera por la eliminación de los Leones. Y muchas fueron las razones para que una campaña que para el 11 de octubre tenía perspectivas tan promisorias para el conjunto capitalino, fuera malograda con una inesperada eliminación, la primera desde la temporada 2001-02. Si buscamos elementos objetivos, saltan a la vista el record de la primera mitad de 10 ganados y 20 perdidos y la marca como visitantes de 11 y 21. Después de ese registro de las primeras 6 semanas, Caracas jugó para 19 y 14 el resto del camino y en la carretera en ese mismo lapso para 9 y 9, sin embargo está claro que el daño ya estaba hecho. Ahora, entre las causas que generaron ese pésimo comienzo tenemos: básicamente durante las primeras semanas el equipo melenudo bateó muy poco. El núcleo fundamental para cargar al club en ese lapso, mientras se incorporaban los grandeligas no rindieron en la forma en que lo habían hecho en temporadas precedentes. Así tenemos, que Carlos Méndez impulsó 2 carreras en ese periodo y Rafael Alvarez ninguna y entre ambos en las pasadas zafras fueron baluartes indiscutibles. Es decir, sus declives tomaron por sorpresa a todo el mundo, destruyendo cualquier cálculo hecho por la directiva. Igualmente Henry Blanco, producto de su inactividad en las Grandes Ligas por una lesión, no solo estaba en baja forma con su bateo, sino también con su defensa y muy poco pudo ayudar al principio. Así mismo, se depositó una gran confianza en peloteros con buenos desempeños en las ligas menores que aquí parecían preparados para ser protagonistas durante la primera mitad del torneo, como Javier Herrera y Gregorio Petit y los imponderables se encargaron de desbaratar esa confianza. Y es que Herrera se lesionó pocos días antes del inicio del campeonato y por segunda campaña seguida no pudo jugar ni un solo partido y Petit, inexplicablemente no pudo rendir de acuerdo a lo esperado. Así, se fueron acumulando derrotas, el club capitalino no bateaba, cuando comenzó a batear entonces falló el pitcheo abridor y en general no podía combinar los factores debido a una falta de química alarmante. Otra de las razones para que los medios especializados calificaran a los Leones como uno de los favoritos antes de comenzar la justa, fue el estreno en las Mayores de la increíble cifra de 7 de sus lanzadores criollos. Pero eso no pasó de ser algo anecdótico, pues de los 7, solo 3 actuaron y de ellos el único que dio una contribución real fue José Ascanio. Solo al final, Rómulo Sánchez pudo entrar en ritmo, mientras Juan Carlos Gutiérrez nunca mostró su mejor forma. En tanto, de Harvey García, Armando Galarraga, Mauro Zárate y Franklin Morales y sus merecidos ascensos a las Grandes Ligas, solo le queda a la organización capitalina el orgullo de haberlos firmado y formado en nuestra liga. Ciertamente la directiva tampoco estructuró al equipo pensando en contar con todos esos brazos y por eso armó la importación en base a 7 lanzadores y un jugador de posición. Y en esa “lotería” que son los importados, muy pocos fueron los “números ganadores”. Entre los serpentineros extranjeros que desfilaron, Ben Fritz, Brad Knox, Giuseppe Norrito, Eric Cyr, Jeremy Cummings, Hideo Nomo, Roger Deago, José Santiago y Brian Slocum, se combinaron para la desoladora marca de 7 ganados y 15 perdidos. Del grupo Nomo fue todo un fiasco, mientras hay que rescatar a Santiago y Slocum, este último de gran talento, pero que solo hizo 4 aperturas. Es así como en general, los abridores tuvieron marca de 11 y 19, mientras los relevistas, el único departamento del equipo que mostró solidez todo el año, el registro fue de 18 y 15. En cuanto a los jugadores de todos los días, solo Drew Macias mostró talento, pero lamentablemente salió corriendo asustado por la situación del país, en tanto Carl Loadenthal fue bastante inocuo y qué decir de Quincy Foster.

Me hago la siguiente pregunta en voz alta: ¿fue esta mala actuación de la 2007-08 un accidente? Yo lo miraría con cuidado, porque hay que recordar que en la zafra pasada Caracas clasificó con marca de 29 y 33 a “falta de otros” y esta vez estuvo entre los “otros” con registro de 29 y 34, de manera que ya son dos temporadas consecutivas con record negativo, que demuestran que sin duda algo está pasando. Aún, está claro que siendo accidente o no, existe opinión generalizada que en la teoría este equipo de los últimos dos años ha debido jugar mejor de lo que sus números indicaron.

Hay quienes apuntan hacia Carlos Hernández para encontrar argumentos para la debacle. Yo no lo veo así, pienso que aún cuando el manager guayanés es un dirigente que debe seguir puliéndose, su manejo interno, su disciplina, su integridad y entrega por el equipo me indican que su saldo es positivo. Recordemos que es la misma persona que en la zafra pasada levantó al club tras la salida de Carlos Subero, con marca de 18 y 12 y que en ésta, durante la segunda parte su club mostró registro de 19 y 14. Es decir, cuando tuvo las piezas y los argumentos, fue ganador. Sí tiene detalles, momentos en los que estuve en desacuerdo con sus decisiones estratégicas, etapas en las cuales se “olvida” de algunos peloteros, pero en general considero que tiene madera para seguir al frente de los Leones y devolverles el éxito a corto plazo. Por lo demás, siempre es inconveniente para una organización la inestabilidad que genera el cambiar de manager con frecuencia.

Obviamente, más allá de la decepción de la eliminación, hubo cosas positivas, como la actuación de Más Valioso de José Castillo, coronada por su título de bateo, el decimoquinto en la historia del club y séptimo desde la 95-96; la brillante e inolvidable participación de Omar Vizquel; el nacimiento de una nueva figura para los relevos en el 9º inning como José Ascanio; la actuación de figuras emergentes como José Ortegano, Guillermo Moscoso y Rayner Oliveros en el pitcheo y del antesalista Mario Lissón, cuyos 7 jonrones empataron la marca de la liga para un novato; los eficaces desempeños de Orber y Edwin Moreno; las transacciones y posteriores buenas actuaciones de Carlos Maldonado y Jesús Guzmán, peloteros que deben estar contribuyendo desde el primer día de la próxima temporada y por último, lo que tal vez es lo más importante: el extraordinario apoyo incondicional y leal de la gran afición capitalina, que acudió en altísimo número días tras día a las instalaciones del parque Universitario.

Ahora no queda sino esperar la próxima campaña, en el entendido de que será una larga espera producto del mal sabor de boca que deja esta eliminación. Lo importante es tener en cuenta que son muchas más las satisfacciones que ha brindado este gran equipo y aún en estas circunstancias, mi mensaje a esa consecuente y leal afición que debe seguir sintiéndose orgullosa de ser caraquista.

Para finalizar mi agradecimiento a mi amigo Carlos Feo y a la gente del Jonronero.com, por permitirme compartir a través de este magnífico portal. Igualmente me siento agradecido a los lectores por sus numerosos mensajes, los cuales a veces por falta de tiempo, lamentablemente no he podido responder. A todos les reitero las gracias y espero que nos reencontremos en la 2008-09….Por lo pronto, suerte a los cinco equipos que disputa la semifinal y la mejor suerte al que resulte campeón en la Serie del Caribe a disputarse en República Dominicana.

farreaza@eljonronero.com

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