Venezuela se lo jugará todo mañana. La ofensiva de Estados Unidos, como se esperaba, fue demasiado para un bullpen que no está a la altura de la competencia.
Los norteamericanos clasificaron a la segunda ronda después de masacrar al relevo venezolano con ocho carreras en un sexto episodio que duró 45 minutos y embalarse a una victoria 15-6, lo que obligará a los venezolanos a vencer al ganador del encuentro entre Canadá e Italia si desean avanzar de ronda en el Clásico Mundial.
Sólo queda esperar que la moral se mantenga alta y la memoria sea corta. No hay mucho tiempo para lamentarse. Quizás, diría un optimista, los 13 hits que se dieron pueden ser prueba de que este equipo tiene la ofensiva para levantarse.
Eso está por verse. Lo que es absolutamente necesario es que el abridor Enrique González -que iniciará mañana- y su seguidor Ramón Ramírez encuentren la manera de detener la muy peligrosa toletería canadiense. Lo de ayer no puede repetirse.
Esos tres cuartos de hora del sexto fueron para el olvido, una muestra demasiado cruda de la diferencia entre estrellas de Grandes Ligas y lanzadores como Víctor Zambrano, Carlos Vásquez, Yoel Hernández, Iván Blanco, Jean Granado y Víctor Moreno. Todos recibieron al menos una carrera.
No es que no querían, que se equivocaron con un pitcheo o que no le pusieron corazón. Es que no podían, es que era demasiada batalla. Y no es culpa de esos pitchers estar aquí. Al menos ellos, a diferencia de otros, estuvieron presentes.
Con Venezuela arriba 3-2 en el inicio del sexto, Zambrano logró ponchar a Kevin Youkilis para iniciar la entrada, sólo que su lanzamiento wild le permitió al toletero llegar a la inicial. Fue el inicio de un fin que terminaría el propio Youkilis, una eternidad después, con el jonrón de dos carreras contra Hernández que selló el racimo.
Mientras por Venezuela desfilaba ese grupo de pitchers, Estados Unidos utilizaba a Matt Lindstrom, Brad Ziegler, Jonathan Broxton y Joel Hanrahan, los cerradores de los Marlins, los Atléticos, los Dodgers y los Mariners, respectivamente. Vaya diferencia.
Y fue duro que un encuentro que comenzó como empezó terminase así. Los primeros cuatro innings fueron todo lo que han podido imaginar quienes crearon este torneo llamado Clásico Mundial de Beisbol, un round tras otro de buen beisbol, de gritos en la tribuna y gestos de furia en el campo.
Armando Galarraga le dio cuatro buenos innings a Venezuela desde la loma, fajado palmo a palmo con un as como Roy Oswalt, castigado con una en el tercero y dos en el cuarto.
Ese episodio cuatro fue, quizás, el mejor inning que ha jugado Venezuela en este torneo. Entre otras cosas, José López dio el primero de sus tres dobles, con lo que empató una marca del Clásico.
Lástima que sólo se pudieron anotar dos carreras y se quedaron esos dos corredores en segunda y tercera. El esfuerzo de Melvin Mora al tirarse de cabeza en la inicial para tratar de evitar lo inevitable -el último out- demostraba lo obvio. Venezuela ganaba por una sola, ya Galarraga no volvería a la lomita y era la hora de usar al bullpen. Lamentablemente.
Cortesía Diario El Universal
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