jueves, enero 07, 2010

Se desplomó el pitcheo...

Los Tiburones de La Guaira seleccionaron a Raúl Rivero como su primer refuerzo en el draft de sustituciones porque éste les aseguró que sabía la receta para domar a los Leones del Caracas, y ayer lo demostró.

El lanzador de los Tiburones dominó con solvencia a la dormida ofensiva de los Leones, por cuarta vez en la campaña 2009-2010 y primera en el round robin, y le dio el tercer triunfo de la postemporada a su equipo, esta vez 12-6.

"Contra ellos no tengo miedo. Sé que lanzándoles bajito y en las esquinas los puedo dominar. Eso es lo que he hecho toda la temporada y gracias a Dios las cosas han salido bien", dijo Rivero, quien lanzó cinco innings, en los que permitió tres hits y tres carreras -una sucia-, y todo eso pese a tener fiebre de 40 grados.

"Ese chamo es un diez de escuela. Cuando salió del juego lo hizo temblando por la fiebre que tenía, y antes de salir me insistió en lanzar un inning más, que él podía hacer 20 pitcheos más", dijo Carlos Subero, manager de los Tiburones.

"No me importó la fiebre. Yo tenía que demostrar mi compromiso con el equipo y ayudarlo a ganar ese juego, por eso hice lo que hice y le pedí a Subero lanzar inning más", expresó el lanzador.

Esa muestra de gallardía y coraje inspiró a la ofensiva de La Guaira, que por segundo juego corrido anotó más de diez carreras (28), luego de que en los primeros cuatro encuentros acumulara 11.

"Ya hemos agarrado el timming. No puedo asegurar que vayamos a anotar diez carreras en los juegos que nos restan, pero sí vamos a ser más consistentes en la ofensiva", dijo el manager Subero.

Y el buen momento de la toletería de los Tiburones ha coincidido con la inclusión en el lineup de Rafael Álvarez, quien hasta su último turno de anoche hilvanó una cadena de siete apariciones al home dando de hit.

"Mi mentalidad es siempre la de salir a hacer mi trabajo. Lo más importante es que estamos ganando", dijo Álvarez, quien junto a Wilfredo Romero encabezó el ataque de los Tiburones de La Guaira. Entre los dos remolcaron seis carreras, cuatro y dos, respectivamente, y ambos dieron de jonrón.

El triunfo de los Tiburones, más allá de servirles para colocarse a medio juego del segundo puesto de la clasificación, les permitió tomar venganza de la derrota que le propinaron los Leones en el primer juego de la postemporada. Por ello, y como revancha, La Guaira echó al Caracas del estadio al son de "gata salvaje".

Cortesía Billy Russo el-universal.com

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